martes, 18 de marzo de 2014

PAULO FREIRE


Pavlov Freire (1921- 1997) nació en Brasil, trabajó como Director en el Departamento de Educación y cultura del Servicio social de la Industria y fundó el Instituto Capibarie de pensamiento democrático. Gracias a sus conocimientos y experiencia fue miembro del congreso Estatal de Educación Pernambuco.

Este educador progresista formo parte en el "II Congreso Nacional de Educación de Adultos" (Río de Janeiro; 1958), más adelante, se titula como doctos en filosofía e Historia de la Educación defendiendo la tesis "Educación y Actualidad Brasileña" (1959).

Durante su dirección en el Departamento de Extensión Cultural, Universidad de Recife, desarrolla el método en el que defiende la idea de que el proceso educativo debe de partir del entorno que rodea al alumno. Algunos de los logros en base a este método fue la alfabetización en un gran número de trabajadores rurales. Tras el golpe militar del general Humberto de Alencar Castelo Blanco, Freire es destituido, exiliado y encarcelado bajo la acusación de "subversivo". Continúa su trabajo en diferentes organizaciones internacionales como refugiado en Bolivia, así como, su participación en reformas impartidas por el gobierno demócrata-cristiano de Eduardo Freire.

Finalmente es nombrado "Expreto en la UNESCO" (1969) y se le asigna el premio "Paz y Educación" de la UNESCO (1986). Se puede decir que Freire fue humanista y cristiano conocido por sus vínculos en movimientos latinoamericanos como por ejemplo, la teología de la liberación. El 3 de mayo de 1997 fallece en Brasil.






Su Obra más destacada: Pedagogía del Oprimido. de 1970 (Enlace)



Reflexiones:


  • Dafne Argiles: 

El contexto en el que vive Freire fue de gran importancia ya que entorno a ese ambiente desarrollará parte de sus ideas reflejadas en sus obras. "La Pedagogía del Oprimido" (1970) se trata de una obra escrita durante el exilio. En ella logra plasmar su pensamiento respecto a lo que es la educación tradicional ofreciendo una nueva alternativa de corte reflexiva y liberadora con intención de producir una mejora en la sociedad. El papel del profesor consiste en ayudar a los alumnos a desarrollar su propio pensamiento crítico ya que ese será el medio para liberarse de la opresión.
Por lo tanto, en aprendizaje es fundamental la situación que rodea al alumno, es decir, el ambiente. Los alumnos al comprender el contexto en el que viven y las diferentes situaciones dadas comprenden el sentido real, formando todo esto parte de su aprendizaje.
La visión de Freire en lo que se refiere a la sociedad, está compuesta por oprimidos y opresores defendiendo que la manera de liberarse es trabajando mediante la unión de los propios hombres, entendiendo que la restauración de la sociedad debe de surgir por parte de los oprimidos ya que ellos son los que mejor entienden el contexto de la opresión.
Si tenemos en cuenta todo lo que reflejan sus obras, así como, su trabajo sobre la alfabetización y la correspondiente interpretación desde el punto de vista de la comprensión económica, política, social y cultural correspondiente, en trabajadores de zonas rurales, podemos decir, que la educación cumple un papel fundamental en lo que se refiere a la liberación y la reflexión.


En mi opinión, si comparamos el sistema educativo propuesto por Freire con el sistema actual, existe una gran distancia entre uno y otro. Mientras que Freire apuesta por una educación crítica, reflexiva con intención de producir una mejora social frente a la conformidad, en la actualidad, se presenta un sistema educativo centrado en la formación académica presentando, además, una metodología principalmente memorística, aunque no hay que olvidar que esto último siempre es opción del profesor.
Es importante, por lo tanto, destacar el papel del profesor ya que será imprescindible en el aula dependiendo de lo que él se haga valer, es decir, dependiendo de la metodología, eficacia y eficiencia que aplique en el aula atendiendo a las características presentes así como el contexto.
Vivimos en una realidad donde la mayor parte de la información se tiene acceso desde internet Los alumnos lo único que tienen que hacer es memorizar los libros de texto y realizar el examen. Por lo tanto, en muchísimas ocasiones el profesor no es imprescindible. Y este es el mensaje que se les transmite a gran cantidad de alumnos.

Como conclusión, ¿qué mensaje me transmite a mi Pavlov Freire?

Que la educación va más allá de preparar académicamente a los alumnos. La educación es una transmisión de conceptos, valores... que ayudan a los alumnos a entender, aprender y manejarse en una realidad concreta. Y lo más importante, el profesor ayuda a los alumnos a pensar por sí mismos de manera activa y hacerles partícipes de la construcción de una sociedad futura encaminada a mejorar.
Como futuros profesores tenemos que adaptar nuestra metodología a cada aula y contexto, servir de guía a nuestros alumnos y fomentar el pensamiento crítico proporcionando una educación rica e integral que ayude a nuestros alumnos a comprender el mundo y ser más felices.


  •  Natalia Vaquerizo:
De Paulo Freire, se puede decir que fue un buen pedagogo, sin embargo, tiene un halo de revolucionario, de luchador por los derechos de los trabajadores. Así lo demuestra en su lucha por la inclusión y en contra de la opresión, fue calificado como subversivo tras el golpe militar de 1964, por querer enseñar y luchar por la alfabetización de los trabajadores de zonas rurales. Como buen pedagogo no se queda sólo en el hecho de aprender a leer, sino que las palabras se hagan acción y reflexión, que ese hecho sirva de instrumento de libertad. También considera que la deshumanización es la consecuencia de la opresión. La solución que propone o al menos así lo interpreto, es crear un mundo nuevo con hombres alejados de toda contaminación, que su único fin sea el goce de la construcción de un mundo común, libre, inclusivo, sin discriminaciones, de igualdad y con capacidad de crítica. Pero la realidad de todo lo dicho anteriormente es un sueño, un sueño que Paulo Freire intentó hacer realidad con su trabajo y lucha.
  • Cristina Rodríguez
Nada más empezar a leer esta obra, me ha gustado mucho la primera frase que he leído, además de ser educador: "Paulo Freire es un pensador comprometido con la vida; no busca ideas, piensa la existencia", entiendo por ello, que es una persona realista, que ve lo que pasa en la realidad de verdad y no imagina lo que tendría que ser.
En esta obra expone su pensamiento comparándolo con lo que se hacía en la educación tradicional, analiza las causas que pueden llegar a oprimir a un hombre y cómo podría solucionarse. Paulo Freire piensa en un nuevo método, una educación más reflexiva, creadora y liberadora. Piensa que el sujeto debe construir su propia realidad a través de las circunstancias que se generan, es decir, a través del entorno, del ambiente, y el que es capaz de reflexionar, lucha por transformar la realidad y se libera de la opresión que lo ha insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos considerado.
¿Qué propone Freire para mejorar esa opresión?
Por un lado el individuo debe ser consciente de la realidad donde vive, como persona "oprimida" a lo que imponen los "opresores", y por otro lado estas personas oprimidas deben luchar y liberarse.
Algo que me ha parecido interesante es cuando se habla de una "concepción bancaria" de la educación,  que se trata de transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así dominarlos con mayor facilidad. Cuanto más pasivos sean, se irán adaptando y disminuirá la creatividad, un tema del que se está hablando mucho hoy día en los centros educativos.
Como conclusión, todo ello me ha transmitido,que el individuo debe formarse, no formarlo, y que los profesores deben hacer a los alumnos partícipes de esa construcción en sociedad, entre otras muchas cosas.


 Javier Bravo


Paulo Freire. Pedagogía del oprimido.

Paulo Freire (1921-1997) fue un educador y pedagogo brasileño reconocido mundialmente que orientó toda su reflexión y acción educativa, desde una perspectiva socialista y cristiana, hacia un cambio profundo de la sociedad, que hiciera de esta una comunidad igualitaria donde desaparecieran los papeles de opresor y oprimido.

El libro Pedagogía del oprimido fue publicado en 1970, aunque su redacción data de 1968, y, como suele decirse, no puede estar más de actualidad. Aunque lo cierto, más bien, es que no ha dejado de estarlo desde el día de su publicación y que en realidad viene a insistir, con gran acierto, en una serie de denuncias y críticas tanto a la sociedad capitalista como al sistema educativo que le sirve a esta de distintas maneras, tanto en su mantenimiento como para su perpetuación.

El libro me ha gustado mucho y coincido en casi todo lo que en él se expone. Resultan muy llamativos el tono y la claridad a la hora de exponer y criticar distintos aspectos de la forma en que se entiende la educación y los sistemas educativos "oficiales" en la actualidad o, digamos, dentro de un sistema opresor como el capitalista, sea cual sea el momento concreto, porque el tiempo ha pasado y pasa y todo sigue esencialmente igual (o incluso peor).

Quiero explicar que me llama la atención el tono y la claridad del libro por algo tan sencillo como precisamente utilizar palabras y conceptos como los de opresor y oprimido, élites, pobres, por reconocer, señalar y criticar tales diferencias y abusos que en la actualidad parecen auténticos temas tabús, como, por otra parte, no puede ser de otra manera. Evidentemente este lenguaje claro y perfectamente descriptivo es inasumible por el capitalismo que precisamente genera y es responsable de tales situaciones indeseables (para la mayoría; hay quienes parecen beneficiarse y vivir a gusto) y para ello ha de construirse todo un lenguaje y aparato teórico superficialmente complejo y enmarañado que lo único que en realidad oculta es una serie de incoherencias y despropósito en pro de unos intereses muy determinados, los de la élite.

No por casualidad es este precisamente un tema que a lo largo de todo el libro insiste en criticar Paulo Freire, el del lenguaje desde distintos ángulos, ya digo que considero muy acertados. En primer lugar está el mencionado de generar un discurso enrevesado y artificial (de verbalismo, o de palabra inauténtica, entre otras cosas, habla Paulo Freire) para ocultar al oprimido una realidad injusta e irracional por otro lado y si no fuera por tales contorsiones del lenguaje bastante evidente.

Asimismo y en estrecha relación con lo anterior o incluso derivado de ello, habla Paulo Freire del lenguaje como forma activa de alcanzar el conocimiento y con ello de llegar a ser. Todos, en tanto que personas, somos lenguaje (que es lo que nos diferencia de los animales), pero ello quiere decir que somos el lenguaje (en toda su profundidad de significados y este en toda su extensión y matices de todo tipo, incluida en ellos por supuesto la carga afectiva) que manejamos. Paulo Freire habla de que el oprimido solo empezará a ser sujeto (sujeto consciente y no solo objeto de explotación del opresor) en el momento en que se entienda como tal oprimido, en el momento en que entienda esa relación y parte de la realidad, que es esencial y determinante de su propia definición.

Paulo Freire defiende por todo ello una educación activa, participativa, en la que los papeles de educador y educando en tanto que opuestos se diluyan para dar lugar a otra relación basada en el diálogo (no en el trasvase de información recibida pasivamente). De hecho el diálogo, más allá de presentarse como metáfora de esa nueva relación, se propone como instrumento y método principal en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en esto vuelvo a estar plenamente de acuerdo con Paulo Freire. También yo considero que hablar (explicar, escuchar, preguntar, opinar y dialogar) es una manera excelente de enseñar-aprender, siempre acompañada de la puesta en práctica y la experimentación y en contacto con la realidad a todos los niveles.
Freire dice: Ningún "orden" opresor soportaría el que los oprimidos empezasen a decir: "¿Por qué?". Ahí está o por ahí pasa el diálogo (o la falta de él).

El libro trata otros tantos temas que me parecen interesantísimos y muy elementales como son la relación entre sociedad y escuela y lo complejo de tal relación en donde una influye a la otra tanto como al contrario. Pero para terminar quiero señalar otro punto que me ha parecido de una gran especial lucidez y este es la crítica que hace Paulo Freire al constante mensaje de la soceidad y los sistemas educativos actuales (incluso los más progresistas, podría decirse) como elemento o instrumento de "promoción" social. Es decir, aquello que te puede hacer pasar de oprimido a, quizá, un-poco-menos-oprimido o incluso (en el mejor de los casos) a opresor... como si eso fuese algún tipo de solución. O en otras palabras: fomentar el desclasamiento.

Cabe señalar a este respecto también, como ejemplo realmente significativo del (des)orden de cosas en que vivimos, que todos los programas de prevención o reorientación del bochornoso fracaso escolar sistémico (que tantas veces es, mucho más allá y en realidad, un fracaso vital y social) están basados en el individuo y por ello condenados al fracaso. A la vista está.

Paulo Freire aboga por el cambio y la reorientación de toda la sociedad, pues esa es la única forma de liberación de todos y cada uno de los individuos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario